En el Reglamento General de Protección de Datos, se establece que el tratamiento de la información deberá manifestarse expresamente.
La ampliación de la protección de datos personales para que las personas usuarias puedan decidir sobre su propia información se recoge en el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), un reglamento que endurece lo que establecía la Ley Orgánica de Protección de Datos (LOPD).
Según el Reglamento, el tratamiento de la información personal no podrá darse por supuesta o sobreentendida, se tendrá que manifestar de forma afirmativa y expresa para que sea aceptable. Es por eso que, las empresas deberán ser claras en sus documentos y tendrán que evitar términos difíciles de comprender y facilitar el entendimiento de los textos para evitar confusiones.
Sin embargo, el consentimiento no es algo reservado para las empresas únicamente. Los autónomos deberán también tratar con importancia el consentimiento de los datos ya que, dada su actividad profesional, también pueden tratar con datos personales de clientes.
El consentimiento de los datos debe ser libre, es decir, que los implicados tengan la posibilidad de elegir si prestan o no el consentimiento a la hora de tratar sus datos. Además, se deberá garantizar que no haya coacción de ningún tipo y que nadie se sienta obligado a dar ese consentimiento.
El usuario o cliente debe estar plenamente informado sobre las consecuencias de dar consentimiento y de las implicaciones que puede tener para la privacidad de su información. Lo importante es tratar de evitar cualquier confusión en la redacción, por eso, es importante utilizar un lenguaje sencillo y de fácil comprensión.
Las maneras de solicitar los consentimientos pueden ser diferentes, teniendo en cuenta que pueden evolucionar a lo largo del tiempo, fundamentalmente con los avances tecnológicos. Cuando hay un formulario de protección de datos, hay que tener en cuenta que las casillas para aceptar, indican también la aceptación de la Política de Privacidad y de los Términos y Condiciones.